Hay cantos floridos; que se diga
yo bebo flores que embriagan,
ya llegaron las flores que causan vértigo,
ven y serás glorificado.
Ya llegaron aquí las flores en ramillete:
son flores de placer que se esparcen,
llueven y se entrelazan diversas flores.
Ya retumba el tambor: sea el baile:
con bellas flores narcóticas se tiñe mi corazón.
Yo soy cantor: flores para esparcirlas
yo las voy tomando: gozad.
Dentro de mi corazón se quiebra la flor del canto:
ya estoy esparciendo flores.
Con cantos alguna vez me he de amortajar,
con flores mi corazón ha de ser entrelazado:
¡Son los príncipes, los reyes!
La fama de mis flores, el renombre de mis cantos,
dejaré abandonados alguna vez:
con flores mi corazón ha de ser entrelazado:
¡Son los príncipes, los reyes!
Nezahualcóyotl et al., Poesía náhuatl, Ángel María Garibay (trad.), UNAM / Instituto de Investigaciones Históricas, Ciudad de México, 1964-1968.
Imagen de portada: Zukher, Xochipilli, 2020. Cortesía del artista